Ahorro de agua y energía
¡Que viva la ecología!
Se calcula que dentro de 80 años, aproximadamente 48 países, más de 2.800 millones de habitantes, se verán afectados por la escasez de agua, y otros 9 países, inclusive China, el país más poblado del mundo, con cerca de un tercio de la población total del planeta, estará próxima a sufrir la falta del preciado líquido.
Más allá del impacto del crecimiento mismo de la población, el consumo de agua dulce ha estado aumentando en respuesta al desarrollo industrial y agrícola, por lo que la demanda creciente de la población se ha triplicado. Además, el problema se intensifica porque el suministro de agua dulce del que dispone la humanidad se está reduciendo a raíz de una constante contaminación de las fuentes hídricas.
Mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca se da por hecho, en otros es un recurso escaso debido a la falta de agua o a la contaminación de sus fuentes. Aproximadamente 1.100 millones de personas, es decir, el 18% de la población mundial, no tienen acceso a fuentes seguras de agua potable, y más de 2.400 millones de personas carecen de saneamiento adecuado.
En los países en desarrollo, más de 2.200 millones de personas, en su mayoría de ellos niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable, saneamiento inadecuado e insalubridad.
Las personas sufren de enfermedades causadas directa o indirectamente por el consumo de agua, alimentos contaminados o por organismos portadores de enfermedades que se reproducen en el agua.
Con el suministro adecuado de agua potable y de saneamiento, la incidencia de contraer algunas enfermedades y consiguiente muerte podrían reducirse hasta en un 75%.
Conforme se incrementa la población, aumenta la demanda de agua dulce para la producción de alimentos, usos industriales y para usos domésticos; además, para la generación de energía eléctrica, energía que consumimos todos los días desmesuradamente.
Podríamos pensar que cada vez que bebemos un sorbo de agua, es agua limpia y nueva que se utiliza por primera vez. Pero no es así, el agua que estamos bebiendo, ha sido reciclada una y otra vez desde los comienzos del mundo, por diversas formas de vida, incluso los dinosaurios.
Ahora disponemos de toda el agua que nuestros hijos podrán tener, nunca dispondrán de más agua que nosotros, al contrario, si seguimos así, cada vez tendrán menos y la que tengan tendrán que repartirla entre muchísimas más personas.
El acelerado crecimiento de la población mundial y el desarrollo insostenible de las ciudades, a costa del consumo desmesurado de los recursos naturales, hacen que nuestro planeta se convierta en una bomba de tiempo. Pero… ¿Cómo podemos ayudar a frenar un destino fatal? Que tal si empezamos por cuidar los recursos, desde nuestra casa, desde lo que hacemos cada día en nuestra normalidad. Aunque no lo creamos, muchas cosas de las que hacemos cotidianamente repercuten de manera directa en el cuidado del planeta. Por ejemplo cerrar la llave del agua a tiempo, o apagar las luces que no está utilizando, podría ayudar al sostenimiento ecológico.
¿Por qué ahorrar energía? ¿Qué relación existe entre la ecología y el cuidado del planeta con apagar las luces?
Ahorramos energía por varias razones. Primero para disminuir el consumo de combustibles fósiles, totalmente nocivos para el ambiente que son utilizados para generarla y para reducir las emisiones de energía nuclear que contaminante. Además de tener menores costos, al reducir el pago de la facturación eléctrica. Cabe mencionar que ahorrar energía no significa dejar de utilizar los electrodomésticos, ni estar en penumbras, ni apagar el acondicionamiento de aire si el clima es extremo; al contrario, es hacer un uso racional de los mismos.
El problema del ahorro de agua y la energía se puede abordar desde diferentes perspectivas. El ideal es hacerlo por solidaridad. Ahorrar agua por solidaridad con las generaciones futuras, por solidaridad a las personas que no tienen fácil acceso a los servicios públicos, solidaridad hacia tantas personas alrededor del mundo que no tienen la posibilidad de contar con agua pura. Sin embargo, desde otro enfoque, el económico, el único que muchos entienden, ahorrar agua merece la pena para nuestros bolsillos.
Se piensa que ahorrar agua no significa nada, pues la diferencia de consumir un poco más o un poco menos al mes, es despreciable económicamente hablando. Pero nos equivocamos. Se nos olvida que más del 40% del agua que consumimos es agua caliente y requiere energía para calentarla, y ésta tiene un valor superior a 4 veces el coste del agua, por lo que realmente su consumo es de media muchísimo más caro de los que nos imaginamos.
Se debe cambiar esta perspectiva y comprender que el agua es un bien escaso. En esta sociedad de consumo vemos a menudo que el bajo costo de los servicios públicos contribuye a su mal uso. Se supone que la privatización de servicios básicos contribuye a universalizar el acceso al agua potable, como derecho humano. Pero esto no ha sido así. Las personas piensan que el económico es el único aspecto para tener en cuenta. Y las empresas piensan que siempre que se pague por ello y sea rentable, poco importa su costo ambiental, es imposible vislumbrar otro horizonte distinto. Este modelo es ecológicamente insostenible y sus límites y consecuencias ya las estamos padeciendo. El agua cada vez es más cara. ¿Se acuerda usted cuánto valía una botella de agua hace tan sólo algunos años?
Las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados. Según datos de Naciones Unidas, cada día mueren unas 25 mil personas como consecuencia de una mala gestión del agua. En gran parte del mundo este recurso está sometido a despilfarro, vertidos industriales y urbanos, contaminación de origen agrícola y otros elementos negativos que afectan notablemente la calidad, tanto de las aguas superficiales como subterráneas.
Hay que pensar también, que el consumo de otros productos o servicios también contribuye a un incremento del gasto indirecto de agua. El agua es imprescindible para producir alimentos, pero también para regar los campos de algodón de su saco, para refinar el combustible del bus que lo transporta o para fabricar la bolsa de plástico de la tienda. El actual modelo de gestión considera la naturaleza como fuente inagotable de recursos y como un elemento que hay que dominar. El agua se valora centrándose en su utilidad productiva, ajustándose a criterios de crecimiento permanente, e incluso se ha considerado que el aumento de la demanda es un signo inequívoco de progreso. El consumo excesivo del agua conlleva además grandes consumos energéticos, de productos químicos, etc., y provoca la necesidad de obras en infraestructuras de alto costo económico y ecológico.
Este siglo será crítico para el futuro de la humanidad, en cuanto al agua se refiere. De hecho y con el tipo de sociedad de que disponemos, no hemos sido capaces tecnológica y socialmente hablando de facilitar el acceso a la misma a más de 1.200 millones de personas, las cuales no tienen acceso a una fuente de agua potable, saludable y segura.
33 Tips para el ahorro de energía
- Cuando use los equipos de la oficina: computadoras, fotocopiadoras, etc., durante un tiempo prolongado -media hora o más- no olvide que la mejor forma de ahorrar energía es apagandolos.
- Para pausas cortas, apague el monitor de tu PC, que es el responsable de la mayor parte del consumo energético, el consumo del monitor es equivalente al de un bombillo de 75w.
- No enciendas las luces si no es estrictamente necesario.
- Si es el último en salir de la oficina, verifique que todas las luces estén apagadas al igual que fotocopiadoras y otros equipos.
- Utilice las escaleras en vez de utilizar el ascensor, hará ejercicio y al mismo tiempo estarás ahorrará electricidad.
- Cambiar las bombillas comunes por lamparas de bajo consumo.
- Apagar la Computadora por la noche o cuando no se use, al igual que otros electrodomésticos (la mayoría consume electricidad aunque no se los esté utilizando).
- No precalentar el horno si no es necesario ni dejar la tapa abierta.
- Secar la ropa al sol (además de ahorrar recursos y dinero, protege mejor la ropa, no se decolora ni se arruga).
- Compartir el transporte (uniendo varios viajes en uno, se puede ahorrar combustible -propio o del transporte público-, dinero y, especialmente, tiempo).
- Hacerle mantenimiento al auto (no sólo se extiende la vida del vehículo, sino que se previenen o reducen las emisiones tóxicas y se ahorra combustible; también, hacer una limpieza de objetos innecesarios en el auto reduce el peso y la energía necesaria).
- Usar pilas y baterías recargables (se producen alrededor de 15 mil millones de baterías alcalinas, la mayoría no son recicladas; un cargador, además, te puede salvar cuando todos los negocios están cerrados).
Tips para el ahorro de agua
- No derrame el aceite de freír por el desagüe es muy nocivos para el medio ambiente. Un litro de aceite puede contaminar hasta 400.000 litros de agua. Los aceites deben depositarse en un punto limpio. Tampoco el inodoro es el lugar donde depositar algodones desmaquilladores, compresas, tampones, colillas etc.; se multiplica el número de veces que se descarga la cisterna y la contaminación que producimos
- Periódicamente, es conveniente cerrar todos los grifos y mira si sigue corriendo el contador, para detectar posibles fugas. Una gota por segundo son 30 litros al día.
- No enjuagar excesivamente los platos y elementos de cocina.
- Tomar duchas cortas (cada minuto menos de ducha puede ahorrar hasta 45 litros de agua).
- Coloca dos botellas llenas dentro de la cisterna y ahorrarás de 2 a 4 litros cada vez que la uses. No emplees el inodoro como papelera.
- Cierra el grifo al lavarte los dientes o afeitarte, puedes ahorrar hasta 10 lts por cada lavado.
- Dúchate en vez de bañarte, ahorrarás 150 l.
- Arregla con urgencia las averías de grifos y cañerías. Un grifo que gotea pierde 30 l. diarios.
- Riega al anochecer para evitar pérdidas por evaporación ¡las plantas te lo agradecerán!
- Llena la lavadora y el lavavajillas, es donde más agua se gasta. El agua del segundo aclarado puedes emplearla para regar tus plantas.
- No uses las duchas de las playas, es un lujo superfluo e innecesario.
- Utiliza detergentes ecológicos, sin fosfatos.
- Escoge plantas autóctonas para tu jardín, consumen menos agua y dan mucho menos trabajo que las plantas exóticas, además atraen a mariposas y no exigen el uso de productos químicos para su mantenimiento
- Coloca difusores y demás mecanismos de ahorro en los grifos, aprovecharás mejor el agua reduciendo su consumo
- Guarde una botella de agua para beber en el refrigerador en lugar de permitir que corra el agua de su grifo hasta obtener agua fría cuando quiere beber.
- Al lavar un vehículo, llene un cubo con agua y use una esponja. Esto puede ahorrar cerca de 300 litros de agua.
- Un inodoro en el que continúa fluyendo el agua hasta después de vaciar la misma, si el goteo es lo suficientemente grande, puede desperdiciar hasta 200 mil litros de agua en un solo año. Y se estima que un gran porcentaje de todos los inodoros en uso en las casas modernas gotean.
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